[PROYECTOS]| Piedra y Agua

Piedra y Agua es un proyecto que toma como base de partida las ruinas existentes de un puesto fronterizo de la Guardia Civil junto al río Guadiana, en la frontera con Portugal, utilizado para controlar el contrabando entre los dos países. Una nave rectangular de 1870, dimensiones 9,5x4m, realizada con muros de mampostería recubiertos de sucesivos encalados a lo largo de los años.

El nuevo uso de estas ruinas, abandonadas definitivamente a mediados del S XX, será el de vivienda. Una vivienda que sigue mirando el río y adaptada a los nuevos ocupantes. 

La nueva construcción es una unidad compacta, en donde aparecen reconocibles las ruinas sobre la que se asienta, en el exterior y en el interior. Su volumen aparece escultural y cambiante en el paisaje,  resultado de fuerzas superpuestas. La primera, la edificación existente. La segunda, el perímetro legal ocupable delimitado en catastro. La tercera, la integración paisajística y las múltiples percepciones de la edificación desde varios puntos de vista, ya que tiene una gran visibilidad en el paisaje y desde el río. La pendiente de la cubierta, contraria a la del terreno natural, favorece la privacidad de los ocupantes desde la carretera de acceso. En el lado contrario, hacia el río, ganamos la altura justa para abrir una gran ventana -un ojo- para observarlo.

En el exterior, las ruinas aparecen en la fachada, reconocible en su enfoscado original y en los huecos y recercos, en evidente contraste con los nuevos enfoscados, pintados de blanco, revelando así la fuerte presencia de la preexistencia. 

En el interior, la presencia es aún más evidente. Se toma la determinación de crear un único espacio sin puertas en donde lo único que genera jerarquía y división de usos es la ruina existente y el núcleo húmedo. Así, la ruina es siempre reconocible, y al contrario que en su exterior, donde la edificación se percibe como una unidad desde múltiples perspectivas, en el interior se crea un paisaje común de elementos fragmentarios, con los muros preexistentes como protagonistas y elementos definitorios del espacio, también visibles desde múltiples perspectivas en varios niveles, creando una multiplicidad de relaciones espaciales y contrastes entre lo nuevo y lo viejo, desde dentro de un único espacio.

Un juego de permanencias, preexistencias y nuevos significados.

 

Sostenibilidad

Envolvente. Los muros de piedra de la preexistencia, aparte de ser la base de esta pequeña vivienda, son también la base de partida del concepto bioclimático desarrollado para evitar el uso de aire acondicionado, que no se plantea instalar. La gran inercia térmica de estos elementos permite tener en el interior de la vivienda un elemento pasivo de regulación de temperatura y humedad, aportando bienestar térmica al enfriar el ambiente de manera natural en verano y almacenando el calor del fuego de la chimenea en invierno. Su inercia térmica se complementa de los nuevos cerramientos, realizados de muros de ladrillo de doble hoja bien aislados en su interior. En la cubierta, dicha envolvente térmica contínua, utilizando aislante con espesor de 16 cm, apoyado en la estructura de madera y protegido al exterior por teja mixta ventilada, lo que favorece la disipación del calor.

Orientación. La cubierta se encuentra orientada al este. Esto reduce significativamente el impacto del soleamiento a oeste de la misma. Los huecos hacia el oeste, la fachada principal, también se encuentran controlados, con las ventanas remetidas hacia el interior y evitar una exposición indeseada. Se proyectan también contraventanas para oscurecer el interior al mismo tiempo que permitiendo la ventilación.

Volumetría. Tratar el espacio interno de la casa como un único espacio favorece el comportamiento térmico en el interior, al permitir un rapido calentamiento en invierno y que en verano, el calor se acumule en el estrato superior del espacio, a gran altura, y se disipe en el ventanal que mira al río.

Ventilación. La fachada que mira al río atrapa las corrientes de aire que bajan y suben con el mismo. Las aspilleras bajo las ventanas, pequeños agujeros abocinados hacia el interior, servían en su momento para que los guardias civiles pudieran defenderse o disparar desde la seguridad del interior del puesto. Son utilizados en este proyecto como medida de ventilación cuando los dueños no se encuentran en la casa.

Fotografía: Juanca Lagares (1-5)
 


Planos
Créditos

Arquitectos: Zurita studio + Kalibra.

Arquitectura: Manuel Silva Zurita, Simone Lorenzon, Valeria Polato


e-mail
+34 670560897
c. Goles 11A
41002 Sevilla
linkedin facebook pinterest youtube rss twitter instagram facebook-blank rss-blank linkedin-blank pinterest youtube twitter instagram